sábado, 14 de marzo de 2009

La rutina de la vida familiar

Los niños rinden más en el ámbito escolar cuando los padres les proporcionan límites predecibles para sus vidas, estimulan un uso productivo del tiempo, y propician experiencias de aprendizaje como algo habitual en la vida familiar.

Resultados de la investigación
Los estudios muestran que la rutina de la vida familiar, las interacciones diarias entre padres e hijos, los hobbies y las actividades recreativas que la familia disfruta, todo ello potencia la predisposición de los niños hacia el aprendizaje académico. Cuando los niños de familias con bajos ingresos económicos realizan actividades con sus padres durante el fin de semana, cenan juntos en familia, y se implican en los hobbies familiares, compensan algunas de las limitaciones que podrían experimentar de otro modo.

El uso del tiempo es un aspecto importante en los hogares de los alumnos que tienen alto rendimiento. Cuando los padres estimulan la independencia de estos hijos, lo hacen con una vigilancia continua de cómo están utilizando positivamente su libertad. Alaban la productividad y el cumplimiento. Siempre animan a sus hijos para que empleen el tiempo con sabiduría. En estos hogares los niños están acostumbrados a los calendarios, horarios, listas de la compra, “a hacer” listas, tareas familiares, a la lectura, el estudio, y a jugar a juegos que estimulan la mente. Un estudio encontró que los alumnos con alto rendimiento invertían alrededor de 20 horas a la semana, fuera del horario escolar, en actividades constructivas de aprendizaje, con frecuencia con el apoyo, guía o participación de sus padres. Estas actividades pueden ser tareas escolares que se realizan en casa, prácticas musicales, lectura, escritura, visitas a museos, e implicación en actividades de aprendizaje patrocinadas por organizaciones juveniles.

Aplicación
Cuando la familia fija un tiempo diario de estudio para los niños, y no les permite que estudien sólo cuando lo indican los profesores, los niños aprenden que estudiar es algo valorado en la familia.

Estudiar y aprender se convierten en una parte natural de la vida familiar. Los niños rinden más cuando actúan dentro de los límites establecidos en la rutina familiar. Algunas acciones constituyen puntos de referencia obligada de la vida diaria, definen la distribución del tiempo y permiten a los niños realizar actividades consideradas de alta prioridad, tales como estudiar, leer y hablar con los miembros de la familia.

Mantener un horario fijo todos los días para comer, irse a la cama, estudiar y leer establecerá un ritmo productivo y saludable en la vida de los niños. También necesitan un lugar tranquilo y bien iluminado para estudiar y leer. Se enriquecen con el interés de la familia en determinados hobbies, juegos, y otras actividades que ejercitan la mente y les mantienen en interacción con otras personas. Una rutina diaria que incluya tiempo para estudiar y leer, un ambiente familiar que proporcione un lugar tranquilo para el estudio, y actividades familiares que incluyan juegos y hobbies que mantengan ocupada la mente de los niños y proporcionen interacción con otros miembros de la familia, caracterizan un hogar donde los niños son preparados en hábitos y valores para aprender en el centro escolar.


Extraído de
ACADEMIA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN OFICINA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN
SERIE DE PRÁCTICAS EDUCATIVAS
Familias y centros escolares
Sam Redding

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