lunes, 6 de abril de 2009

Formación de padres

Los programas que enseñan a los padres a mejorar el ambiente familiar en modos que benefician el aprendizaje de los niños toman una variedad de formas y pueden producir resultados importantes.

Resultados de la investigación
Las actividades de formación de padres incluyen visitas a los hogares por parte de los formadores, sesiones grupales dirigidas por padres que han sido previamente entrenados, y talleres y cursos desarrollados por expertos. El modelo de visitas a domicilio está generalmente dirigido a padres de niños en edad preescolar e incluye información sobre las etapas del desarrollo del niño y ejemplos sobre actividades apropiadas que pueden realizar los padres con sus hijos. Las sesiones grupales con padres les permiten aprender en el marco de un grupo pequeño, realizar actividades con sus hijos entre sesiones, y compartir sus experiencias con otros padres. Cuando son dirigidas por otros padres en vez de profesores o expertos, los grupos son distendidos y no suscitan temor. Los talleres y los cursos desarrollados por expertos –educadores, psicólogos, pediatras, por ejemplo- tienen la ventaja de tener un contenido basado en la investigación y de poder acceder al conocimiento profesional. La investigación muestra que los programas que enseñan a las madres a mejorar la calidad de la estimulación cognitiva y la interacción verbal, producen efectos inmediatos en el desarrollo intelectual de los niños. Cuando los padres aprenden sistemas para guiar y orientar el tiempo de sus hijos fuera del centro escolar, los niños consiguen mejores resultados académicos.

Los centros que enseñan a los padres modos de reforzar el aprendizaje académico de sus hijos en casa, encuentran que estos alumnos están más motivados para aprender y asisten al centro más regularmente. Los programas de formación de padres mejoran la comunicación profesores-padres y las actitudes de los padres hacia el centro. Los esfuerzos para estimular actividades de lectura en la familia tienen como efecto que los niños mejoran las habilidades lectoras y sienten más interés por la lectura. Los programas en los que participan tanto padres como hijos son más eficaces que los que sólo incluyen padres. Los programas de visitas a domicilio son más eficaces cuando se combinan con reuniones grupales con otros padres. A los padres se les puede enseñar cómo desarrollar el “currículum del hogar”, y como resultado el aprendizaje académico de los niños puede mejorar.

Aplicación
Es obvio que los profesores creen en la eficacia de la educación, y comprenden el papel importante que juegan los padres en el desarrollo de habilidades de sus hijos y en su inclinación para aprender en el centro escolar. Por estas razones, la formación de los padres tiene sentido para los profesores. Sin embargo, los obstáculos para encontrar patrocinadores de la formación de padres pueden ser desalentadores. Muchos padres no son receptivos a las buenas intenciones de los organizadores de los programas, y encontrar participantes para desarrollarlos puede ser un proceso frustrante y que consuma mucho tiempo. Los profesores generalmente tienen ya suficiente que hacer en sus aulas y con sus alumnos; trabajar con padres les puede parecer una carga añadida. Por eso, el doble problema de la formación de padres es: 1) proporcionar personal que organice y desarrolle los programas de formación, y 2) conseguir la participación de los padres.


El modelo de visitas a domicilio conlleva una labor intensiva y, por tanto, cara. Pero como está dirigido a padres de niños en edad preescolar, tiene la ventaja de contar con una clientela muy receptiva a la formación de padres. Este modelo permite acercar el programa a sus casas, hacer las visitas a domicilio atractivas para los padres, ubicar al educador en el marco natural de la familia, y centrarse en sóla una familia cada vez.

Las sesiones en grupos pequeños dirigidas por padres que han sido previamente entrenados son baratas, estimulan la vinculación de los padres con el centro escolar, y les permite compartir experiencias y ayudarse mutuamente. Por otra parte, atraer a los padres para que participen en las sesiones que se ofrecen fuera del domicilio requiere mucho esfuerzo para involucrarlos.

Estrategias para los centros escolares y los profesores:
1. Colaborar con otras organizaciones que puedan influir en la actuación de los padres cuando sus hijos son pequeños a través de visitas a domicilio o de otros modos: pediatras, centros de salud, organizaciones del entorno, parroquias, por ejemplo.
2. Hacer un listado con las actividades que los centros quieren promover con los padres según el grupo de edad de sus hijos, y a partir de ello organizar la formación de los padres.
3. Publicar, informar, guiar y apoyar iniciativas para realizar tareas escolares en casa.
4. Contar con los padres para organizar, contactar y dirigir actividades con otros padres.
5. Tener en cuenta datos de campo, modelos y currícula contrastados y probados.
6. Centrarse en el “currículum del hogar”.



Extraído de
ACADEMIA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN OFICINA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN
SERIE DE PRÁCTICAS EDUCATIVAS
Familias y centros escolares
Sam Redding

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